martes, 14 de junio de 2011

LAS LECCIONES Y RETOS DEL 26 DE MAYO DE 1971

Volcar la memoria, corazón, voluntades, todo el coraje revivido, con la carga inmensa de dolor, de indignación, de rabia a ratos, de impotencia y de infinito orgullo también, así se presentó este 26 de mayo de 2011, cuarenta años después de la gesta más importante de unión, de rebeldía de resistencia de nuestro pueblo, frente al régimen más despótico y autoritario de Velasco. Todo esto dentro del Conversatorio Público convocado por las Direcciones Provinciales de Cultura y Educación, así como por el Municipio de Tulcán en su Departamento de Cultura.
Como Caja de Pandora fueron abriéndose ante nuestros ojos y corazón, tantas y tantas facetas, anécdotas y sacrificios que se ejecutaron sin cálculos personales, sin banderas, sin etiquetas; esa la primera lección de nuestro pueblo, responder unidos como puño, superando cualquier representación, ni autoridades, ni políticos, menos aún partidos ni movimientos; nuestro pueblo, como tantas veces la lucha de clases se expresa, superó a sus representantes –Alcalde, Prefecto, Gobernador, etc.- y fueron hermanos y combatientes todos.
Aquí coincidieron las compañeras y compañeros valientes excombatientes, el periodista, el joven activista que también fue herido, todos en Tulcán, fueron simplemente el Pueblo Unido resistiendo y derrotando al tirano, exigiendo hasta el final, a los oportunistas que tantas veces se lavaron las manos, al Obispo y al dictador, el paro no iba a terminar hasta que todos los presos estén libres, incluidos los tres compañeros comunistas; nuestra Unidad consiguió con dignidad todo, la libertad de todos los presos, la derogación del tonto decreto y sobre todo el desenmascaramiento de nuestros enemigos.
A pesar de ello y precisamente cuando la memoria colectiva no se transmite y se convierte en referente histórico sin mentiras, entonces los judas de ayer se convierten en salvadores de mañana y después en vez de condenarlos y señalarlos, los premiamos, los nombramos diputados, prefectos, representantes nuestros; entonces nombramos a una de nuestras escuelas José María Velasco Ibarra, como que no se insultara a nuestros muertos, como que no hubieran existido esas tantas evidencias de agresión, de humillaciones, de violencia desproporcionada de este tirano sanguinario.
A este monstruo que formó a los jóvenes oficiales del ejército, para escoger a los nacidos en Tulcán, para que “… vayan a matarse entre marranos…” y hubieron algunos que sin decoro cumplieron los exabruptos del dictador, como el actual Prefecto para tener una referencia, quien seguramente todavía, cree que tiene dignidad para representar a quienes entonces disparaba e insultaba. A este bárbaro Velasco tenemos que ubicarlo en el basurero de la historia y limpiar de nuestro suelo cualquier rastro que constituya una afrenta a nuestra dignidad, a nuestro espíritu libérrimo.
El 26 de mayo de 1971, el estado ecuatoriano gobernado dictatorialmente por un demente, atacó a nuestra población, con infantería incluidos tanques de guerra y vehículos artillados, aviones Camberra, usó balas Dun Dun, contra pobladores armados de unas cuantas viejas carabinas Mauser y rifles artesanales de cacería, con los que apenas se buscaba mantener la posición de nuestro Parque de la Independencia, símbolo de nuestro espíritu rebelde; la vanidad y paranoia de este tirano, provocó todos los excesos que deben ser evaluados y condenados.
La Memoria Colectiva sobre los hechos históricos debe tener proyección al futuro, especialmente si se tiene que completar el baño de verdad, con el ajuste de cuentas que corresponda, aquí en Tulcán hubieron asesinatos de Estado, aquí se torturó a nuestros pobladores bajo el mote de ser comunistas, como que aquello hacía la diferencia por resistir a un impuesto estúpido.
La Memoria Colectiva debe recuperarse con la mayor cantidad de voces, pero sin ridiculizar esta tarea como pretenden hacerlo, unos cuantos despistados oportunistas, que también quieren asaltar la memoria para figurar; la mejor manera de ir aprendiendo de estas lecciones es ser consecuentes, ahora mismo, antes que madrugar a colocar una bandera que mancilla el monumento de nuestros mártires del 26 de Mayo, con las siglas de una organización que ni siquiera existía en ese tiempo, antes que estas reacciones poco inteligentes, es momento de levantar una Comisión de la Verdad, que investigue y condene a los responsables de estos delitos.
Por supuesto que se violaron los Derechos Humanos de todos los pobladores de nuestra ciudad, de las mujeres, los niños, los ancianos, de los presos políticos, de los combatientes; no puede haber ni perdón ni olvido, la Lucha Continúa compañeros, ahora es por la verdad y la continuidad de esta gesta que 40 años más tarde, todavía reclama por justicia y dignidad!