viernes, 13 de mayo de 2011

EL PRECIO DE LA LIBERTAD DE EXPRESION

“Los mass media de difusión universal han puesto por las nubes el precio de la libertad de expresión: cada vez son más los opinados, los que tienen el derecho de escuchar, y cada vez son menos los opinadores, los que tienen el derecho de hacerse escuchar”
Eduardo Galeano

En nuestro Ecuador, los latifundios mediáticos vinculados a los intereses económicos que tradicionalmente han mantenido el control político del Estado, relacionados y participantes algunos, en las líneas de algunas de las cofradías de la Partidocracia corrupta, fueron beneficiarios por décadas del statu quo de las cosas; recibieron muchos de ellos condecoraciones y hasta exoneraciones para la importación de equipos, papel, etc., etc.
Luego de la desbandada de la Partidocracia, los medios vinculados aparecen en la escena política como actores políticos de la oposición que no tiene cabeza, ni nada que se parezca, pero que de cualquier manera está interesada en desinformar, en hacer opinión parcializada, en conducir tendenciosamente sus apreciaciones de la realidad y definitivamente en minimizar los avances en materia social, de infraestructura e inclusión del actual Gobierno.
La cita de Galeano es en esta perspectiva perfectamente aplicable a nuestra realidad, con la diferencia que a falta de analistas e interlocutores de valía, para hacer opinión, se está echando mano de lo que asome, deportistas laureados, mercenarios del mahuadato sin chamba, teatreros de la calle, académicos a la fuerza (porque se acabó espacios para la democracia cristiana) y hasta cadáveres políticos recién desempolvados y a medias maquillados, como Hurtado y el mentiroso compulsivo.
En estos días los análisis del momento sobre los escrutinios, dan infinita lástima, parecería que tratan de referirse al progreso de un aguaje o a la narración de un partido de fútbol, cuando lo elemental algunos medios y varios periodistas, no acaban de digerir, que hay que esperar a los resultados finales, para ser objetivos –cualidad del periodismo que ignoran- y poder viabilizar un debate o discusión serios. Pero es que en el cálculo de intereses, también estos análisis mediocres aportan a la desinformación y a provocar confusión en la población, asunto que interesa a la derecha en desbandada y a los oportunistas de todos los colores.
Las publicaciones en los medios vinculados, de resultados sobre porcentajes que ni siquiera llegan a la tercera parte de los escrutinios; confundir a la población, asociando inconsistencias numéricas con situaciones fraudulentas que nunca fueron identificadas por ningún observador; insistir hasta el cansancio con afirmaciones fuera de lugar y alejadas de la realidad; lo único que han ido logrando, es que los identifiquen hasta internacionalmente por ausentes de objetividad y veracidad, son ya varios años, en que las grandes cadenas Internacionales han tenido que contratar sus propios reporteros en vez de fiarse del soporte informativo de “cadenas aliadas”.
Finalmente la puesta en escena de Organismos Internacionales de propietarios de los medios, ha sido aun más sórdido, por la desproporción de las declaraciones, como que sus recomendaciones u observaciones pudieran tener algún peso o valor; lo importante es que estamos viviendo otro momento histórico en que al menos en materia de soberanía e independencia, los asuntos están claros, debo añadir que os medios alternativos y regionales, están aportando contundente y positivamente a la inclusión de nuevos puntos de vista y opinadores a decir de Galeano.
La libertad de expresión compañeros de opinión, no tienen precio, es un derecho irrenunciable, pero mantengamos presente que nuestro derecho a opinar, debe ir de la mano con el derecho de todos los terceros a su integridad y buen nombre, excepto que podamos comprobar lo que afirmamos. Los días de los insultadores de oficio, de los calumniadores, de los montajes irresponsables, están contados, dar el paso a un periodismo responsable, libre, sin alineamientos ni condicionamientos, es una tarea irrenunciable, que debe ir de la mano con una sociedad más solidaria, equitativa e incluyente.

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